Cuando estos químicos entran en nuestro organismo, pueden interferir con la utilización del oxígeno, pudiendo ocasionar enfermedades a nivel celular.
El consumo regular de estos productos puede reducir nuestra esperanza de vida. Están diseñados para alargar la vida de los alimentos, no la nuestra.
Los alimentos verdaderamente saludables son las verduras frescas, las carne y pescados sin procesar y todos los alimentos que se echan a perder relativamente pronto son ejemplos de alimentos que debemos priorizar.
La comida de verdad es la que se echa a perder porque es natural y está libre de conservantes artificiales.
Estos alimentos de verdad no vienen en cajas, latas o botes de colores.
Compra carne en la carnicera, pescado en la pescadería, asegúrate que no estén alimentados con piensos procesados y las frutas y verduras en las fruterías, asegurándote también que estén libres de pesticidas.
Es difícil encontrar carnes y pescados de animales que se alimenten de forma natural y frutas y verduras sin pesticidas y más caro, sí, pero los hay y tu organismo, salud y metabolismo te lo agradecerá con el tiempo.
La salud no tiene precio.
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